Nota publicada el 18/2/2020 en www.aapresid.org.ar

Ing. Agr. M.Sc. Dr. Carmona Marcelo & Ing. Agr. Mg. Sautua Francisco

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El control químico de las enfermedades es una de las medidas de manejo más empleadas en la agricultura moderna, debido a que los fungicidas se han convertido en una parte integral de la producción eficiente de alimentos. En muchas ocasiones, la utilización de fungicidas constituye una medida eficiente, rápida, práctica, y económicamente viable. Sin embargo, y al igual de lo que sucede con malezas e insectos, las poblaciones de hongos objeto de control pueden generar resistencia, tornando a los insumos fitosanitarios destinados a la protección vegetal ineficientes, generando graves problemas a los productores, empresas y a la comunidad en general.

La vida útil o efectiva de un fungicida se define como el período tiempo que va desde el inicio de uso en un cultivo, en una región, cuando se lanza al mercado, hasta que el mismo pierde el control efectivo de campo, de la enfermedad que se pretende controlar.

 

¿Cómo y cuándo se detecta la resistencia a campo?

La resistencia es la supervivencia de individuos de una población a dosis de un determinado plaguicida que anteriormente les era letal. Este fenómeno evolutivo es inherente a los seres vivos y, por lo tanto, inevitable. Sin embargo, las buenas prácticas agronómicas pueden retrasar en gran medida su surgimiento.

La resistencia de malezas a herbicidas o de insectos a insecticidas es comparativamente mucho más fácil de observar y determinar a campo, que la resistencia de hongos a fungicidas.La observación a campo de insectos y malezas sospechados de resistentes es sencilla ya que estos individuos son generalmente lo “suficientemente grandes en tamaño para el ojo humano y por lo tanto “como para poder visualizarlos “in situ””, realizar su trazabilidad y hasta su cuantificación.Contrariamente, los individuos de una población de hongos son microscópicos y por ello su visualización, trazabilidad y cuantificación es muy compleja.Así, por ejemplo, la causa u origen de las enfermedades permaneció como un enigma o misterio durante muchos siglos,ya que se creía que las plantas se enfermaban espontáneamente y que los hongos eran una manifestación de la propia planta muchas veces producto de maldiciones. Fuesolamente a través de la invención del microscopio, a mediados del siglo XVII, que pudieron iniciarse los estudios de organismos no visibles para el ojo humano lo que permitió estudiar, clasificar y determinar los géneros y especies los hongos.Por todo ello la sospecha y posterior confirmación de resistencia de hongos a fungicidas es difícil y conlleva previamente un profundo análisis de números factores.

 

El primer signo por el cual surge la hipótesis de la posible resistencia a campo de una población de hongos a un determinado principio activo fungicida, es el que realiza el productor o técnico a través de un reclamo o preocupación al ver que la eficiencia de control del fungicida disminuye en comparación a campañas pasadas, es decir hay una “falla de control” detectada. Sin embargo,estas fallas de control o ineficiencias pueden deberse a varios otros factores que deberían tomarse detalladamente en cuenta por ejemplo:

  • Sub-dosis de fungicida y aplicaciones divididas de una misma dosis comercial.

Es importante destacar que el empleo de subdosis o dosis divididas, es decir, por debajo de lo recomendado, aún en mezclas de principios activos, podría generar una ineficiencia de control debido a que los gramos de i.a. no son lo suficientes para ejercer el control.

  • Aplicación moléculas poco eficientes para la enfermedad a controlar o productos vencidos.

Muchas veces suele suceder que las aplicaciones de fungicidas no son realizadas con el correcto conocimiento de la fungitoxicidad de las moléculas a utilizar. Así, de esta forma, podría haber ineficiencias de control porque las moléculas elegidas no son lo suficientemente tóxicas para el patógeno en cuestión.Similar situación puede suceder cuando al tener fungicidas almacenados de campañas anteriores no se revisa la fecha de vencimiento de los mismos.

  • Niveles de enfermedad elevados o aplicaciones tardías (Umbrales excedidos).

Frecuentemente, se ignoran o no se respetan los umbrales orientadores para la aplicación de fungicidas. Estos umbrales(niveles de incidencia de la enfermedad) son los suficientemente bajos como para permitir y dejarexpresar la fungitoxicidad inherente a cada molécula.Cuando estos umbrales son excedidos (llegar tarde a la aplicación) se está permitiendo que la población del patógeno crezca excesivamente en el tiempo y en el espacio. Bajo estas condiciones, la eficiencia del fungicida disminuye drásticamente, ya que el/los principio/s activo/s debe/n combatir a una superpoblación de patógenos en crecimiento que, con las dosis habituales de uso, no lo podrá/n hacer de manera efectiva y duradera. Aquí yacen muchas de las razones que explican las re-infecciones, o sensaciones de “fallas químicas de control”.

  • Tecnología de aplicación ineficiente.

Es poco frecuente analizar el resultado de una aplicación. El simple hecho de ver de lejos pulverizar o dar la orden para la misma ya aliviana la presión de controlar la tarea. Sin embargo, se observan muchísimas ineficiencias en las aplicaciones. En muchos campos se pudo corroborar que las pulverizaciones de fungicidas no llegaban a cubrir las hojas en número de gotas/cm2, especialmente las inferiores donde el hongo generalmente inicia su ascenso. La consecuencia es observar re-infecciones en menor tiempo, mostrando una pérdida del período de protección de los fungicidas

  • Malas condiciones ambientales para la aplicación

Las malas condiciones ambientales durante la aplicación pueden conllevar a: deriva excesiva del fungicida, evaporación del producto o al lavado del mismo sin que penetre correctamente en las plantas. En todas esas condiciones, las fallas de control aparecerán generando preocupación y sospechas.

La aparición de cepas o individuos resistentes a fungicidas, genera también una falla de controlya que los individuos “se acostumbraron al fungicida” y por lo tanto ya no los controla.

 

¿Qué es, por lo tanto, lo que se debería hacer para un correcto diagnóstico de la resistencia?

  1. Descartar que las fallas de control no son causadas por algunos de los 5 factores detallados previamente.
  2. Estar informado de los casos de resistencia de los diferentes patógenos en los diferentes cultivos en Argentina y en el mundo.
  3. Tomar muestras de las plantas que muestran ineficiencia de control, detallando todos los datos agronómicos y epidemiológicos posibles. Acondicionarlas adecuadamente. Luego enviarlas a los laboratorios, Institutos de investigación y Universidades que actualmente se ocupan de las determinaciones de resistencia.
  4. Los investigadores determinarán primero mediante un test “in vitro” si existe la resistencia en cuestión, necesitando posteriormente la confirmación molecular de posibles mutaciones o mecanismos que la genera. Asimismo llevan experimentos a campo en parcelas experimentales para re confirmar los hallazgos.

Finalmente, y más alla de las fallas de control que puedan registrase, se debe destacar que es necesario e imprescindible, desarrollar un programa de monitoreo de la sensibilidad/resistencia de las poblaciones de los principales patógenos objeto de control, y de valoración de la fungitoxicidad de los principales moléculas químicas, y de determinación de las dosis óptimas a campo para cada mezcla comercial. Sólo de esta manera se podrán contar con indicadores confiables de la fungitoxicidad y de las variaciones de la sensibilidad de los patógenos fúngicos a los fungicidas en el tiempo.

Bibliografía
Carmona M, Sautua F (2018)Resistencia a fungicidas. Conceptos, causas, efectos y buenas prácticas para evitarla.XVI Jornadas Fitosanitarias Argentinas, Tucumán, Jueves 11/10/2018.
Carmona M, Sautua F (2017) La problemática de la resistencia de hongos a fungicidas. Causas y efectos en cultivos extensivos. Una Revisión Agronomía & Ambiente Rev. Facultad de Agronomía UBA 37(1): 1-19 2017. http://ri.agro.uba.ar/files/download/revista/agronomiayambiente/2017carmonamarcelo.pdf